viernes, 4 de septiembre de 2015

Robamos secretos: la historia de Wikileaks

por Lila Nieto
Butacas: 15
Registro fotográfico: Jesús Díaz

Sí, llegamos tarde a nuestra propia inauguración, que es como llegar tarde a tu propia boda, a tu bautizo. Tláloc nos hizo favor de echarnos toda, pero todita su buena vibra. Nos la echó a chorros, e inundó la ciudad de agua bendita (que se fue casi toda directo al caño) ayer por la tarde. Por ello, aunque casi tuvimos que llegar a nado a nuestra nueva sede, la casa Pandeo DF en la colonia Nápoles, estamos convencidos de que el cineclub será un éxito rotundo. Prueba de ello es el hecho de que, también a nado, llegaron trece personas a compartir la experiencia con nosotros, a disfrutar la charla, los bocadillos, el clericot y, por supuesto, la proyección.


Comenzamos con punch político y complejidad humana, el documental Robamos secretos: la historia de Wikileaks (Alex Gibney, 2013, EUA, 130'), y con esto comenzamos también el ciclo Whistleblowers: derecho a la información. La palabra "whistleblower" no tiene una traducción exacta en español, pero se refiere a las personas que denuncian actos de corrupción. Son los que "dan el pitazo" de algo que lastima el bien común. El problema que enfrentan casi todos los denunciantes cuando no logran permanecer en el anonimato es el linchamiento, pues en lugar de investigar la corrupción que están denunciando se les persigue por hablar. Este es el caso del entonces analista militar Bradley Manning -ahora Chelsey Manning-, que ha sido presa de un linchamiento brutal por filtrar documentos en los que, entre otras cosas, había un video que mostraba crímenes de guerra perpetrados a sangre fría por soldados estadounidenses en Irak, así como otros delitos consentidos por el Pentágono, y que en su conjunto constituyó la mayor fuga de información en la historia de ese país. Por otro lado, está el célebre y contradictorio Julian Assange, hacker y programador genial, idealista libertario, y también megalómano, abusivo, rockstar, autor y director del portal para denunciantes Wikileaks. 

La soldado Manning ha permanecido en la cárcel desde su detención, silenciada y en condiciones deplorables, y poco a poco ha salido del foco de atención pública. Sin embargo, Manning también goza del apoyo de activistas como Daniel Ellsberg, uno de los whistleblowers más reconocidos en Estados Unidos y el mundo por la publicación de los llamados "Pentagon Papers" en 1971, en los que, entre otras cosas, denunció que el gobierno de su país sabía que su estrategia de la guerra de Vietnam estaba destinada al fracaso, pero continuaron con la invasión de todos modos. Por su lado, Assange se ha encargado de derribar su propia imagen y de perder el apoyo de muchos de sus seguidores, ayudado por los medios de comunicación alineados al sistema, y permanece encerrado en la embajada de Ecuador en Londres.

En el debate de anoche hicimos el intento por deshilvanar las preguntas que arroja este documental. Independientemente de la vida privada y las contradicciones de Assange, independientemente de sus motivaciones para desarrollar el proyecto de Wikileaks, lo que hizo es una aportación a la humanidad, lo mismo que Manning, cuyo acto de sentido común le ha costado la libertad y la salud. Pero las aportaciones a la humanidad se van probando en el camino, y una de las preguntas que inevitablemente surgieron en el debate es si la humanidad está preparada para manejar la información sin filtros, sin secretos. "No se puede generar una opinión certera sin información suficiente, y tampoco se puede comprender la información si se está acostumbrado a que otros la analicen por ti y te la dosifiquen", comentó alguien.

"Pero Wikileaks ni siquiera logró desestabilizar al sistema, sólo fue un momento de shock", mencionó una desde el público. "Quizás el efecto de las filtraciones de Wikileaks en los ciudadanos ordinarios no ha sido importante en nuestro país, pero los cambios sociales son lentos, y ahora por lo menos se habla de transparencia, libertad de expresión y derecho a la información, por lo menos se tiene noción de ello, de que los ciudadanos en una democracia debemos vigilar a las instituciones. "Wikileaks es una semilla que germina", dijo alguien más, "por lo menos en México sí tuvo un hijito, un portal para denuncias anónimas que se llama Méxicoleaks, y que fue puesto en marcha por un grupo de periodistas, académicos y activistas organizados". "Ah, sí", recordó otro, "ahí empezó el rollo en MVS por el que despidieron al equipo entero de Carmen Aristegui". En el portal de Méxicoleaks se puede leer que es "una plataforma independiente de denuncia ciudadana y transparencia al servicio de la sociedad mexicana para revelar información de interés público". Es decir, que Wikileaks sí causó un efecto positivo porque constituye una herramienta para proteger la libertad y para vigilar a las instituciones, cosa que es crucial en nuestro país, pues se ganaría un trofeo en el concurso de los más corruptos del mundo, y de los más represores. Ahora sólo falta que los ciudadanos sí vigilen y denuncien (hay tanto que vigilar y denunciar), y que las denuncias sí den un resultado positivo para la sociedad.

En cuanto a la realización del documental, un asistente señaló su buena investigación y calidad narrativa. Recordemos que el documental ganó premios, aunque no se haya estrenado en las carteleras comerciales de muchos países. En México se difundió en el festival Ambulante, y nadie en el público de anoche lo había visto. "La segunda cosa que quiero mencionar", continuó uno desde su butaca, "es el paralelismo histórico que encuentro entre la historia de Wikileaks y la Revolución Francesa, cuando la información también se hizo de pronto accesible al público".

Se pudieron haber hecho muchas reflexiones más, pero el retraso en el comienzo y la duración de la película nos comieron el tiempo. Sin embargo, se cumplió el objetivo de compartir esta historia que no ha terminado, y de sembrar la semilla que germina en todos los que asistieron a la función. Las preguntas no se quedan sin respuesta sino que la siguen buscando. El debate continuará con la siguiente película de este ciclo, que se presentará el primer jueves de cada mes en El Grito Cineclub.



Por lo pronto, los esperamos el próximo jueves 10 de septiembre a las 8 PM en Miami 27, col. Nápoles. Esperen muy pronto la cartelera y... ¡griten fuerte!

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